viernes, 13 de marzo de 2020

La estatua romana de Lugo, un caso singular en el noroeste peninsular


La estatua romana todavía tiene mucho que decir sobre la historia y el pasado romano de la ciudad de Lugo. La pieza, que fue hallada en las excavaciones de la Rúa da Xesta, está datada entre los siglos I y II. Por el momento, los arqueólogos ya han constatado que se trata de un caso excepcional en el noroeste peninsular, debido a las vestimentas que porta. La toga no guarda relación con las de las piezas romanas de la época encontradas en el país ni tampoco con las vestimentas castrexas. Sí hay muchas similitudes, sin embargo, con las ropas de numerosas estatuas encontradas en la Galia romana (Francia) y en Britania (Inglaterra y Gales), según matizó Roberto Bartolomé Abraira, arqueólogo de Engobe Arqueología, que dirige las excavaciones de la Rúa da Xesta. Y solo esa particularidad en las vestimentas ya la convierte en un caso singular en el noroeste peninsular.

Por su parte, Gonzalo Meijide, arqueólogo de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, explica que la toga romana es un elemento de prestigio, y que en los restos de estelas romanas, relieves y del torso de Saa que se conservan, los pliegues de la toga están por encima del hombro y muy destacados, mientras que en la estatua romana aparecida en la Rúa da Xesta no están tan marcados. Meijide señala que la estatua no responde a los cánones del arte clásico ni tiene atributos clásicos. El análisis del material que sellaba la estatua y un estudio detallado de sus características y su contexto podrán arrojar pistas sobre qué representaba y cuál era su función: si era una figura femenina o masculina, una deidad... Además, cuenta con un espigo o saliente en el pie, lo que indica que estaría encajada en algún monumento. «O que non sabemos por agora é que tipo de monumento sería», apunta Meijide.

El arqueólogo de Patrimonio Cultural explicó que la estatua fue enterrada en la época del Alto Imperio Romano (siglos I-II), y fue colocada «con certo respecto, depositada con coidado», matiza Meijide, aunque se desconoce si se realizó con fines votivos o con otro objetivo.

La estatua, de unos 85 centímetros de altura (por tanto, no es a tamaño real), está realizada en granito y es también un caso excepcional en la zona en cuanto a estatuas romanas de bulto redondo, ya que se trata de una figura entera, salvo la cabeza. En el Museo Provincial de Lugo se conservan, entre otras piezas, el torso de Saa, relieves y los pies de una estatua.

miércoles, 11 de marzo de 2020

National Geographic:Sheshonq I: El faraón que conquistó Jerusalén


Entre los años 1180 y 1174 a.C., el faraón Ramsés III reubicó en el delta del Nilo a un contingente de soldados de origen libio. Estos mercenarios, llamados mashauash en los textos, tenían como misión proteger el este del país de posibles invasiones asiáticas. Poco a poco, estos grupos formaron verdaderos linajes libios en torno a sus dirigentes locales, los llamados «jefes de los mashauash». Dos siglos después de su establecimiento, uno de estos jefes aprovechó una crisis sucesoria para convertirse en faraón. Sheshonq I inauguró una nueva dinastía egipcia, la XXII, y se propuso que Egipto fuera de nuevo la potencia dominante en el Próximo Oriente.

El ascenso de Sheshonq al trono no fue casual. Su familia, originaria de Bubastis, en la zona oriental del Delta, gozaba de mucha influencia y poder gracias, por un lado, a las relaciones que había establecido con los sacerdotes de Ptah en Menfis y, por el otro, a la cuidada política matrimonial que los llevó a emparentar con los faraones. El propio Sheshonq era sobrino (tal vez incluso hijo) del faraón Osorcón el Viejo, y su hijo, llamado también Osorcón, se casó con la hija de Psusenes II, la princesa Maatkare. Esta proximidad a la corte faraónica permitió que Sheshonq se convirtiera en consejero de confianza de Psusenes II, el último faraón de la dinastía XXI. Así lo prueba una estela en la que Psusenes lo menciona con el título de «ése es mi grande», que precisamente significaba «el favorito».

De este modo, cuando Psusenes murió sin descendencia, Sheshonq estaba perfectamente situado para hacerse con la sucesión, como así ocurrió. No sabemos las circunstancias concretas de este relevo, pero parece que se plantearon dudas sobre la legitimidad del nuevo faraón, a juzgar por la insistencia del propio Sheshonq en proclamar la continuidad de su reinado con el de la dinastía XXI, adoptando, por ejemplo, parte de los títulos de su fundador, el faraón Esmendes, aunque no los ostentó hasta el segundo año de su reinado. En cambio, su origen extranjero hizo que no fuera bien visto entre los sumos sacerdotes de Amón en Tebas, quienes lo llamaban «gran jefe de los mashauash» (abreviatura de) aludiendo a su origen libio.


De caudillo libio a faraón

Para acabar con esta resistencia soterrada del clero de Tebas, Sheshonq se dirigió allí de inmediato con el ejército. Se detuvo en Abydos para consultar el oráculo de este lugar sagrado, que lo ratificó en el trono. De esta visita se conserva parte de una estela en la que aparece Sheshonq representado como faraón de acuerdo con los cánones artísticos egipcios. Solamente la presencia de las plumas en la cabeza y su título de «gran jefe de los ma» pone de manifiesto su origen no egipcio.

Siguiendo una política que era muy habitual en la dinastía XXI, Sheshonq nombró sumo sacerdote de Amón a uno de sus hijos, Iuput, con la intención de controlar la región tebana. Este príncipe ostentaba, además, los títulos de general en jefe de los ejércitos y gobernador del Alto Egipto, con lo que acumulaba en su persona el poder político, religioso y militar del sur del país. Con el propósito de controlar los puestos religiosos y políticos de importancia, Sheshonq nombró a otro de sus hijos, Dyedptahiuefanj, como tercer profeta de Amón, y al jefe de una tribu aliada llamado Nesy, cuarto profeta de Amón.

Dentro de esta política dirigida a reafirmar su dominio sobre todo Egipto, Sheshonq prestó especial atención a una de las zonas más conflictivas del país, el Egipto Medio. Para gobernar este territorio, ordenó construir una fortaleza en Teudyoi (el-Hiba) y nombró como comandante militar de Heracleópolis a su hijo Nimlot. Los demás puestos de importancia los repartió entre otros miembros de la familia real y hombres de su confianza, con muchos de los cuales estableció alianzas por medio de matrimonios con princesas reales.

El faraón conquistador

La política exterior de Sheshonq I también fue enérgica. Su objetivo era recuperar el prestigio internacional y la influencia política y económica que Egipto había tenido en el Próximo Oriente durante el Imperio Nuevo, y para ello se sirvió tanto de la diplomacia como de la fuerza. Ejemplo de lo primero es la alianza que estableció con el rey Abibaal de Biblos, ciudad en la que se ha hallado una estatua de Sheshonq a la que el rey fenicio añadió su nombre. En cambio, en Nubia –que, desde mediados del siglo XI a.C. era un Estado independiente– el faraón realizó una campaña militar, documentada por las inscripciones halladas en el templo de Amón en Karnak, para asegurar el abastecimiento de oro, mirra y otros productos exóticos.

Pero el acontecimiento que marcó el reinado de Sheshonq fue, sin duda, la expedición que realizó contra Israel y Judea. El hecho se recoge en la Biblia hebrea, en los libros de Crónicas y de los Reyes, así como en una estela conservada en el templo de Amón en Karnak. Según esta última fuente, el asesinato de unos egipcios a manos de extranjeros desencadenó la campaña de represalia contra los judíos por parte del faraón. La Biblia, en cambio, nos muestra las causas del conflicto desde el punto de vista de los judíos.

El primer libro de los Reyes cuenta cómo el profeta Ajías había vaticinado que Jeroboam, un alto funcionario al servicio del rey judío Salomón, derrocaría a éste y gobernaría sobre Israel. Jeroboam, entonces, se puso al frente de una revuelta que fue sofocada. Para salvar su vida, tuvo que buscar refugio en Egipto. «Salomón trató de dar muerte a Jeroboam –dice el libro–, pero Jeroboam fue y huyó a Egipto, junto a Shishaq [Sheshonq], rey de Egipto, y en Egipto permaneció hasta la muerte de Salomón» (I Reyes, 11:40). Tras el fallecimiento de Salomón, Jeroboam regresó a su tierra para hacerse con el trono, pero lo que logró fue dividir al país: diez de las doce tribus de Israel lo aceptaron como rey y fundaron el reino de Israel, mientras que las otras dos reconocieron al hijo de Salomón, Roboam, que gobernaba en el reino de Judá, con capital en Jerusalén.


El ataque a Jerusalén

Sheshonq decidió intervenir en la zona con el pretexto de prestar auxilio a su antiguo aliado Jeroboam, aunque en realidad lo que pretendía era debilitar decisivamente a los hebreos, que suponían una dura competencia comercial para Egipto. En torno a 925 a.C., el faraón reunió una fuerza que la Biblia estimaba en unos 1.200 carros de guerra y 6.000 infantes libios y nubios. Con ella logró la rápida conquista de las principales ciudades del territorio judío.

En una inscripción del templo de Karnak, realizada en conmemoración de la campaña, se menciona un total de 150 ciudades hebreas que fueron tomadas por Sheshonq, un número tan alto que ha hecho pensar a algunos investigadores que no era sino una exageración propia de la propaganda política. Sin embargo, el descubrimiento de nuevas inscripciones en territorio de Israel, en las que se menciona la conquista de Megiddo y de otras ciudades, ha confirmado los datos de Karnak y la Biblia.

La propia Jerusalén fue sometida a asedio, episodio del que sólo sabemos lo que nos dice el segundo libro de Crónicas: «Subió, pues, Shishaq, rey de Egipto, contra Jerusalén y se apoderó de los tesoros de la Casa de Yahveh y los del palacio real; todo lo cogió, llevándose también los escudos de oro que Salomón había fabricado». A continuación, Sheshonq se dirigió hasta la ciudad de Megiddo, donde erigió una estela conmemorativa y volvió por el monte Carmelo hacia el sur.

Al regreso de su victoriosa campaña sobre Jerusalén, Sheshonq pudo dedicarse por entero a otra actividad que caracterizaría su reinado: las construcciones monumentales. Destacan sobre todo sus edificaciones en Karnak, dirigidas por su hijo Iuput. En un portal del templo de Amón, el llamado pórtico Bubastida, hizo grabar los famosos relieves de la campaña de Jerusalén, erigió una estela cerca del templo levantado en el Imperio Medio y construyó asimismo una «sala de las fiestas» similar a la de Tutmosis III. Este último, el faraón conquistador por excelencia, había sido quizás el modelo al que Sheshonq se había esforzado en igualar: sus victorias aún resonaban en la memoria de los egipcios, lo mismo que esperaba Sheshonq lograr con su sensacional campaña en Jerusalén.

jueves, 5 de marzo de 2020

ABC:Descubren una calzada y edificación romana en una prospección realizada junto a las termas de Herrera


La empresa alemana Eastern Atlas ha realizado una prospección geofísica en el Conjunto Termal Romano de Herrera para descubrir que existen otras estructuras arqueológicas en los alrededores a distintas profundidades de la actual superficie, entre ellas una calzada y un edificio con forma similar a un teatro romano.

El Ayuntamiento de Herrera contrató a esta empresa en agosto de 2018 para realizar un estudio sobre la parcela declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de zona Arqueológica, situada a un kilómetro y medio del casco urbano, dirección sur. La parcela fue limpiada de olivos y raíces y está actualmente en fase de compra por parte de la administración municipal.

El estudio se ha realizado en un radio de 6.400 metros cuadrados con técnicas de prospección magnética y de georadar. Es la base de una investigación de estructuras romanas relacionadas con las Termas de Herrera.

Las conclusiones obtenidas por esta empresa muestran la evidencia de estructuras arquitectónicas en el suelo bajo de la parcela y en las interferencias del vallado del Conjunto Termal Romano, especialmente cerca de la carretera de Estepa. Entre las anomalías más interesantes encontradas en el terreno hay restos de un acueducto, calzada romana, los cimientos y un muro de piedra caliza, incluso una posible necrópolis.

Concretamente los datos magnéticos han revelado la existencias de la planta de un edificio grande con un ábside estructurado en el oeste, construido con bloques de caliza. Las dimensiones del edificio pueden ser de 40 a 50 metros dirección oeste y este y de 30 a 40 dirección norte sur, incluso detectan las existencia de una tubería de agua a mayor profundidad. El informe indica que se trata de un edificio con ábside y, por sus dimensiones, es una construcción monumental, como un teatro romano, aunque no se puede determinar la profundidad máxima de las estructuras.

Asimismo, aparecen dos filas de piedras con relleno en el centro de unos 4 metros de ancha, como una calzada romana; en su recorrido hay fosas que permiten la suposición de la existencia de sepulcros y de restos arquitectónicos en profundidades de más de 30 centímetros.

Ahora, las conclusiones de este informe se han presentado en la Consejería de Cultura para llevar a cabo un proyecto de excavaciones que pongan en valor la zona, sumando los restos encontrados a las Termas Romanas de Herrera.

Eastern Atlas está especializada en prospección geofísica y ha realizado trabajos por Europa y Oriente, en países como Alemania, Irak, Italia, Grecia, Siria, India, Rumanía, Ucrania, Israel, Francia, Jordania, Turquia, Portugal, Luxemburgo. Además de distintos emplazamientos en España, como Castillo de Aracena y Montes de San Benito (Huelva), Baena (Córdoba), Dolmen de la Pastora (Sevilla), Teatro Romano de Itálica (Sevilla), Alcorrín (Málaga), entre otros.

La empresa ofrece servicios científicos y técnicos en los campos tanto de la ingeniería y del medio ambiente como en la arqueología desde que comenzaron en 1998. Los responsables de Eastern Atlas han sido investigadores de la Universidad de Leipzig (Alemania), forman un equipo de especialistas, geocientíficos y arqueólogos, que se dedican a la planificación de prospecciones, al trabajo de campo y al procesamiento e interpretación de los datos.

martes, 3 de marzo de 2020

La Vanguardia:La inscripción de Nazaret no tiene ninguna conexión con Jesucristo ni con el cristianismo


La inscripción data de los primeros años de nuestra era. Es un edicto, emitido por un gobernante romano que firma simplemente como “César”, en el que se reclama a la población que se dejaran “las tumbas intactas” y que los cadáveres ni fueran destruidos ni exhumados, y que tampoco se quitaran las losas que acompañaban las tumbas.

Algunos sectores del cristianismo aprovecharon este texto encontrado en Nazaret como prueba fehaciente de que el Imperio romano tuvo que reaccionar ante la resurrección de Jesús o, al menos, la desaparición de su cuerpo tres días después de haber fallecido en la cruz. Los investigadores de la Universidad de Oklahoma acaban de descartar esta teoría.

“La inscripción de Nazaret no tiene conexión con Jesucristo ni con el cristianismo primitivo. Fue provocada por la profanación de la tumba de una figura política conocida como Nikias de Kos”, asegura Kyle Harper, autor principal de un estudio que se publicará en el número de abril de la revista Journal of Archaeological Science: Reports .

La tabla está escrita en griego sobre una losa de mármol de 60 centímetros de alto y 37,5 centímetros de ancho. “El análisis de los isótopos de oxígeno y carbono (usados comúnmente para intentar establecer la procedencia de artefactos antiguos) ha permitido establecer que el misterioso texto fue tallado en piedra de una cantera en la isla de Kos”, añaden los científicos.

Aunque el edicto pide dejar las tumbas “intactas” y clasifica como “delitos capitales” el hecho de remover los cadáveres o destrozar las sepulturas. El rótulo perteneció hasta 1930 al enigmático coleccionista alemán Wilhelm Froehner, que lo había adquirido en 1878 en París y lo mantuvo en su archivo privado hasta su muerte.

Las notas de Froehner se limitaba a señalar que el mármol fue “enviado desde Nazaret”. Aunque nadie sabe exactamente cómo llegó la tabla hasta Francia el estudio del estilo de las letras de la inscripción sugerían que se había escrito en algún momento entre el siglo I a.C. y el siglo I después de Cristo, justo cuando el Imperio Romano se expandía por el Mediterráneo oriental.

“Si el propósito de este edicto hubiera sido una reacción al movimiento cristiano primitivo, entonces este documento se erigiría como el artefacto físico más antiguo conectado a la nueva religión y estaría entre las inscripciones más importantes del mundo antiguo”, reconocen los propios investigadores. Pero sus análisis no confirmarían esta hipótesis.

Los especialistas de la Universidad de Oklahoma apunta creen que el edicto fue emitido por César Augusto en respuesta a la profanación de la tumba de un famoso tirano de Kos llamado Nikias. “Esta teoría se ajusta más lógicamente a la procedencia del mármol y los acontecimientos de esa época”, escriben.

“Nuestros resultados indican que el mármol de la cantera superior de la isla de Kos es una fuente probable para la tableta de la Inscripción de Nazaret, aunque no podemos descartar por completo otros mármoles de la región”, añaden. Hasta ahora nadie había apuntado esta procedencia para la piedra, que se conserva actualmente en la Bibliothèque nationale de Francia.

Nikias fue un dirigente que murió alrededor del año 20 antes de Cristo. Las monedas creadas durante su gobierno comienzan después del período 50 a.C. y muestran a un “hombre joven con cabello bastante rizado, frente ancha, nariz aguileña, barbilla escasa y una expresión seria transmitida por sus ojos y la línea descendente de sus labios”.

El historiador y geógrafo griego Strabo describe a Nikias como un tirano al que se opuso el “renombrado arpista” Theomnestus. Kos es una isla griega de apenas 45 kilómetros por 11 kilómetros, situada en el mar Egeo a solo cuatro kilómetros de la costa de Bodrum, en Turquía. Hay evidencias de que tuvo asentamientos importantes desde la Edad de Bronce.

“Nuestra interpretación es que la inscripción de Nazaret no tiene nada que ver con el cristianismo, ni siquiera con el Levante. Su procedencia no fue Palestina, sino Asia Menor. Froehner, o algún otro comprador intermedio, fue engañado, tal vez por un vendedor que esperaba aumentar el valor de mercado del artefacto vinculándolo con Jesucristo”, indica Harper.

El texto, concluyen los especialistas, debe verse como parte de los esfuerzos del primer emperador romano, Augusto (hijo adoptivo de Julio César y fundador de la dinastía de emperadores Julio-Claudios), para llevar el orden a Asia después del período civil guerra. “La palabra griega usada para el robo de tumbas es rara fuera de Asia Menor. De 177 ejemplos encontrados, solo dos provienen de otras regiones”, aseguran.

lunes, 2 de marzo de 2020

Egipto abriría al público el mayor museo de arqueología del mundo


El Gran Museo Egipcio (GEM), por sus siglas en inglés. Situado a solo dos kilómetros de las pirámides de Giza, se espera que el monumento, que albergará algunas de las reliquias más preciadas de Egipto, atraiga a unos cinco millones de visitantes al año.  También conocido como el Museo de Guiza, estará íntegramente dotado de colecciones del Antiguo Egipto. Descrito como el museo arqueológico más grande en el mundo, está actualmente en construcción y la inauguración será en este 2020. El museo ocupa un terreno de unas 50 hectáreas, situado dos kilómetros al oeste de la necrópolis de Guiza.

El nuevo museo está diseñado con la tecnología más avanzada, incluyendo realidad virtual. El nuevo Gran Museo Egipcio lleva diez años de obras. Pero para cuando abra sus puertas, en 2020, acogerá la mayor colección de arte y arqueología de la antigua cultura de los faraones. El museo también será un centro internacional de comunicación entre museos, para promover el contacto directo con otros museos locales e internacionales. El Gran Museo Egipcio incluirá un museo para niños, un centro de convenciones, un centro de formación, un centro de conservación y unos talleres similares a los que solían realizarse en antiguos edificio.

El edificio tiene forma de triángulo oblicuo y se encuentra a dos kilómetros al oeste de las pirámides, cerca de un cambio de sentido de la autovía. Allí heredará la colección de 50.000 piezas que se encuentra en el antiguo Museo Egipcio, ubicado a la vuelta de la caótica plaza Tahrir, en el centro de la capital. En ese museo las momias, los ajuares funerarios y miles de objetos se exponen con un cierto descuido, con pocas referencias de su procedencia. La excepción es la sala dedicada a Tutankamón, donde se encuentra la famosa máscara mortuaria de oro y cientos de artículos que se encontraron en su tumba, descubierta en 1922.

El nuevo museo  los muros norte y sur del edificio están alineados con las pirámides de Keops y Micerino. Enfrente del edificio hay una gran explanada con palmeras. Una de las características principales del museo es el muro de piedra traslúcido, de calcita (alabastro egipcio), que constituye la fachada frontal del edificio. La entrada principal dispondrá de un gran atrio, donde se exhibirán las estatuas más imponentes


    "Son casi 50 hectáreas para la cultura egipcia".

    En sus 480.000 metros cuadrados, además de las salas expositivas, habrá una sala para conferencias, un cine, 28 comercios, 10 restaurantes y un hotel boutique.
    En el lugar se elevará una gigantesca estatua de Ramsés II y una barca egipcia que se conserva intacta.
    Desde los ventanales del futuro museo se podrán contemplar las gigantescas pirámides de Keops, Kefrén y Micerino.
    Egipto abrirá al público el mayor museo de arqueología del mundo en este 2020.

Una de las características principales es el muro de piedra traslúcido, de calcita (alabastro egipcio), que constituye la fachada frontal del edificio. La entrada principal dispondrá de un gran atrio, donde se exhibirán las estatuas más imponentes.

Tras años de trabajos, su inauguración lo convertirá en una realidad por la que se podrá pasear y maravillarse con las 45.000 obras de arte que planea exhibir. Atención al dato, porque de ellas, 25.000 nunca antes habían sido expuestas. Además, y para que el atractivo sea aún mayor, 5.000 piezas proceden de la tumba de Tutankamón.

La estructura contempla que haya gigantescos ventanales para que desde los pasillos se puedan ver las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino y la esfinge de Giza.

El Dr. Khaled Al-Anani, Ministro de Turismo y Antigüedades en el gobierno egipcio , dijo que las carreteras que conducen al Gran Museo Egipcio se ampliarán para ser mejores de lo que son ahora.

El nuevo museo  ya ha visto cómo evolucionan las obras del espacio, un original diseño de geometría triangular con una fachada translucida de 800 metros de longitud y 40 metros de altura obra del estudio Heneghan Peng Architects. “El nuevo museo es impresionante por fuera. En el antiguo siempre había que recorrer el centro de la ciudad, con sus atascos, con el problema añadido del aparcamiento de los autobuses”, explico.

Añadiendo que los precios de las entradas para el Gran Museo Egipcio se fijaron hace dos meses

El valor del boleto de entrada para extranjeros será de 400 libras, el estudiante extranjero de 200 libras y los egipcios de 60 libras.

 Agregando que el Gran Museo Egipcio exhibirá 5,000 artefactos, de los cuales 2000 son artefactos no exhibidos previamente.

Al-Anani agregó que el museo abrirá en el último trimestre de 2020, y el presidente Abdel Fattah El-Sisi lo anunciará. El presidente Abdel-Fattah El-Sisi fue quien dirigió la superación de todos los obstáculos que enfrentan los inversores y los trabajadores en el sector turístico, así como la mejora de los servicios, los sitios arqueológicos y los museos a nivel de la República, en línea con los esfuerzos de desarrollo integral en varios niveles en el país, y de una manera acorde con su turismo y su posición histórica a nivel internacional.

El experto habla del antiguo museo de El Cairo, situado en la plaza del Tahrir, que se inauguró en 1902 “y, prácticamente, se llenó de objetos arqueológicos el primer día”, añade Delgado. De hecho, cuenta en la actualidad con 140.000 piezas. “Desde entonces, todos los descubrimientos que han visto la luz han terminado en almacenes, ya que, por un problema de espacio, sólo han sido expuestos los más importantes. Esperamos que este nuevo museo brinde la oportunidad de disfrutar con una selección modernizada del patrimonio faraónico”, relató.

Cuatro años después, en 2006, se trasladó la estatua de Ramsés II -de 3.200 años- desde la Plaza de Ramsés en El Cairo hasta la meseta de Giza, donde se emplazaría más tarde el centro expositivo bajo el nombre de Gran Museo Egipcio (GEM). Otros cuatro más tuvieron que pasar hasta que la antigüedad se erigió como épica entrada del museo, que en 2015 se anunció que abriría en 2018

Desde entonces, la fecha se ha pospuesto hasta cuatro veces. Pero ya parece que sí, que, esta vez, es cierto: en este 2020, abrira sus puestas y podremos disfrutar de los tesoros más celebrados de Egipto en un entorno único. Lo aseguran así los periódicos del país, en los que aparecen regularmente fotos del nuevo espacio ya acondicionado siendo visitado por diferentes mandatarios, tal y como nos cuenta el egiptólogo Manuel José Delgado.

“El Gran Museo Egipcio se ha diseñado como el museo arqueológico más grande del mundo; sólo el terreno ocupa 50 hectáreas. Está situado a dos kilómetros de la meseta de Giza, donde se encuentran las famosas pirámides atribuidas a Keops, Kefrén y Micerinos, aparte de muchas mastabas -tumbas- y templos, así como la enigmática Esfinge. Por ello, los turistas tendrán la magnífica opción de visitar en una única jornada tanto el museo como la zona de las pirámides”, señala Delgado.

viernes, 28 de febrero de 2020

EL País:Las figuritas que cuentan historias de hace 5.000 años


El arqueólogo belga Louis Siret (1860-1934) fue el primero en preguntarse qué significaban aquellas figuritas que iba encontrando en los yacimientos que excavaba en el Sureste español. Todas mostraban un aspecto muy semejante. Representaban figuras humanas, tenían unos enormes ojos que parecían imitar a dos soles y en ellas se distinguía perfectamente su sexo. Las encontró de todos los tamaños posibles: desde minúsculas hasta algunas de más 20 centímetros. Investigadores posteriores las hallaron talladas con cabelleras y largas trenzas, con túnicas adornadas con motivos geométricos, con objetos en sus manos y hasta recubiertas con telas a modo de vestidos. Ahora, el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) presenta, hasta el próximo 18 de abril, y en con el apoyo de la Diputación de Alicante y del Museo Arqueológico Regional de Madrid, una exposición con 226 piezas, Ídolos, miradas milenarias, de las más de 6.000 desenterradas.

Estas figuritas -los científicos prefieren llamarlas así más que ídolos- fueron comunes entre las familias, linajes y grupos sociales de un periodo que abarca entre 3.900 a 2.220 años antes de nuestra Era, aunque tienen antecedentes en el Neolítico y posibles raíces desde el Paleolítico (periodo que acaba unos 10.000 años a. C.). Podían lucirse dentro de las casas, pero también ser colocadas en tumbas o colgar de los cuellos de sus dueños. Una parte muy importante de las que se conocen, se fabricaron en el sur de la península Ibérica en los más diversos materiales -marfil, piedra, arcilla o, incluso, oro-. Cambiaban de propietario de generación en generación, de grupo en grupo. Y, aunque reproducen códigos comunes, quizás contaban una historia diferente, personalizada.

“Están situadas en el contexto de largas tradiciones sociales y de aprendizaje de técnicas especializadas”, explica la catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares, Mimi Bueno Ramírez, comisaria de la exposición, junto a Jorge A. Soler Díaz, conservador de Prehistoria y director de Exposiciones del MARQ.

Estas figuritas son objetos muy próximos a “las maneras de transmitir información sobre las personas y sobre el grupo al que pertenecieron. En ellas se distinguen detalles sobre la vestimenta, el peinado, maquillajes o tatuajes, algo muy difícil de obtener en los registros arqueológicos habituales”, señala Bueno Ramírez.

En el resto de Europa también se han encontrado, pero en la península Ibérica, sus características son mucho más diversas, incluidos los materiales con las que se fabricaron. Los ojos rodeados con rayos solares solo se encuentran en España y Portugal. “Es evidente”, explica la catedrática, “que esta asociación ojos-sol no busca reflejar una realidad tangible, sino una síntesis entre realidad y las mitologías asociadas a personajes humanos”.

Las primeras figuras femeninas aparecieron en Los Millares (Almería). Siret propuso que representaban diosas-madre de una religión oriental de carácter agropecuario traída por colonos que arribaron a la Península en busca de metal. Pero el avance de las investigaciones revela una variedad de funciones. La extensión de las figuritas por todo el sur ibérico permite hablar a los expertos de “importantes niveles de conectividad en la península Ibérica entre el IV y el III milenio”.

Cada territorio peninsular se especializó en formas concretas de estas figuritas, lo que supone un “indicio único para analizar las trayectorias vitales, familiares y de linaje de quienes las usaron hace más de 5.000 años”, señala Bueno Ramírez

Desde los primeros descubrimientos resultaba evidente que los cuerpos representados eran mayoritariamente de mujeres. Su característica más definidora es su marcada sexualidad. Esta se expresa por pechos prominentes y por la delimitación del triángulo púbico. Muchas están realizadas en arcilla y fueron realizadas por mujeres, transmitiendo informaciones relacionadas con la fertilidad o con actividades de mantenimiento doméstico. No obstante, hay una importante cantidad asociada a contextos funerarios que guardaban memorias ancestrales fijadas en personajes femeninos.

“Las mujeres suelen ocuparse en todas las culturas de la preparación de los muertos, incluida la tarea de redistribuir las figuritas en los sepulcros. En algunas tumbas se han encontrado hasta más de 100. En ocasiones, hay piezas más antiguas que los propios enterrados. Eso demuestra que, parte de ellas, se heredaron de generación en generación y que la exhibición de pasado era un factor ideológico importante”, indica la experta.

Ya en la Edad del Bronce (2.200 a 800 antes de la era), se observan cambios sociales que afectan a estas representaciones. “Los viejos ancestros van desapareciendo, mientras las estelas armadas se hacen más presentes en los enterramientos. Las organizaciones colectivas de los primeros agricultores comienzan a ser sustituidas por liderazgos basados en las armas. El mensaje ancestral se traslada a piezas de mayor tamaño, con grabados de personajes concretos. Las estelas armadas materializan la imagen de guerreros que quieren proyectar su linaje. Nunca más los pequeños cuerpos que representaron estas figuritas, volvieron a estar “piel con piel” con quienes las portaban e hicieron de ellas una de sus señas de identidad.

jueves, 27 de febrero de 2020

La Vanguardia:El calendario de los dioses romanos


Enero, febrero, marzo, abril… ¿alguna vez te has preguntado el origen del nombre de los meses del año?

Existen diferentes calendarios en todo el mundo. Cada uno marca las principales fechas relacionadas con la cultura o religión de una región: el calendario persa o iraní, el calendario hebreo, el calendario chino…

Los calendarios se dividen en dos grupos: los calendarios solares, diseñados siguiendo los movimientos del sol alrededor de la Tierra, y los calendarios lunares, que definen días y meses según la posición de la luna. También existen calendarios lunisolares, que combinan ambos ciclos astronómicos.

Hoy en día, el calendario más utilizado en todo el mundo es el calendario gregoriano. Este calendario solar se creó en 1582 durante el Concilio de Trento, una reunión de altos cargos de la Iglesia Católica presidida por el papa Gregorio XIII.

Sin embargo, el origen de los meses que utilizamos hoy en día es muy anterior y se remonta más de 2.000 años a la antigua Roma.

Se dice que la primera versión del calendario romano fue creada por Rómulo, uno de los dos fundadores de Roma.

Al principio estaba dividido en 10 meses (el sistema numérico romano también utilizaba un sistema decimal), pero después se amplió hasta 12 meses, en parte por la influencia de la antigua Grecia pero también porque así se ajustaba mejor al ciclo de la Tierra alrededor del sol, es decir, al tiempo que nuestro planeta tardaba en completar una vuelta al sol.

En la antigua Roma, enero era Ianuro en honor a Iano, dios de las puertas y entradas que simbolizaba el inicio y final de todas las cosas. El mes de febrero estaba dedicado a Februus o Plutón, dios de los muertos, para rendirle homenaje y evitar su ira. Estos fueron los dos meses que se añadieron.

Marzo era otro mes dedicado a los dioses, en concreto a Marte, dios de la guerra. Los romanos creían que la primavera era un momento propicio para iniciar campañas militares y de esta forma se llamaba a su fortuna.

Existen varias teorías sobre el mes de abril. Por un lado, podría ser un mes dedicado a Venus, diosa de la fertilidad, que en griego era Aphros. Otros teóricos defienden que el origen de la palabra es el verbo latín aperire, que significa “abrir”, porque coincide con la apertura de las flores en primavera.

La diosa romana Maia era una divinidad relacionada con la fertilidad y la naturaleza. De ahí el nombre del mes de mayo, cuando empiezan a aparecer los primeros frutos. La palabra mayo también podría derivar les término latín maius o majorum, en referencia a los mayores.

Del mismo modo, el mes de junio podría estar dedicado a Juno, diosa de la maternidad. Otras teorías señalan que podría derivar de la palabra latina iuvenis, en honor a los jóvenes.

Julio está dedicado a Julio César, destacado político y militar romano que nació en este mes. Su sucesor, el emperador Augusto, hizo que pusieran su nombre al siguiente mes del calendario: agosto.

Septiembre, octubre, noviembre y diciembre deben sus nombres al orden que ocupaban en el calendario romano original, cuando todavía tenía diez meses: eran el séptimo, octavo, noveno y décimo mes, respectivamente.